La Promesa del Reino

Cuando nos imaginamos la palabra reino, rápidamente pensamos en castillos, conquista, reyes, riquezas, elegancia y linaje. Jesús dijo “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia.” Los reinos y gobiernos de hoy otorgan justicia, protección y beneficios sobre los habitantes de tal territorio. La sociedad ha diseñado prisiones y fianzas para confirmar justicia sobre los que han sido víctimas de cualquier crimen. El diccionario explica justicia como “el carácter de ser justo o tener la rectitud moral.”     

¿Por qué Jesús exclamo que busquemos su reino y su justicia sobre el afán diario? En la actualidad los seres humanos viven una vida estresada, afanada, endeudada, cansada y enferma. Mucha gente se equilibra hasta dos trabajos para satisfacer sus necesidades.                    

Desafortunadamente, el mundo en el cual vivimos se ha envuelto en sus fuerzas personales dejando el poder y la misericordia de Dios fuera de sus vidas. 


Dios es un Dios poderoso y su reino domina sobre toda nación. (Salmo 103:19) <<Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos>>.Cada día debemos pedirle a Dios que su reino venga sobre nosotros y tome control de nuestras vidas y familias (Mateo 6:9-10).9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Al pedirle al Señor que venga su reino sobre nosotros le pedimos a Dios que él tome autoridad y que mueva su poder en los cielos para derramar sus bendiciones a la tierra.
Debemos reconocer que nuestras nuestro sostenimiento diario viene del reino de Dios y no de nuestras propias fuerzas (Hageo 2:8).8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.El reino de Dios vale mucho más que los placeres de este mundo.

El reino de Dios es la promesa del Espíritu Santo, justicia y gozo eterno (Romanos 14:17). Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Finalmente, debemos reconocer que Dios es el que suple conforme a su reino. Por lo tanto, si su reino es infinito las bendiciones son infinitas (Filipenses 4:19). Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

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